a veces la forma de hablar nos sorprende por el mero hecho de no conocer el idioma o reconocerlo y como en un susto tenemos de vuelta todas las palabras que creímos haber olvidado.
así fue entrar en Argentina, una bienvenida calurosa por parte de los policías de la frontera y aduana que nos ayudó a llegar a los fríos de La Libertad, en la provincia de Corrientes. y, ahora, en estos 4º de frío, escribo.
la plantita digna sobreviviente de la frontera: regalo de mi querido Thiago que nos acompaña desde Natal -RN |
la bienvenida tuvo sus altas y bajas, no sólo de temperatura.
puedo, inclusive, asegurar que tuvimos más bajas que este frío que estoy sintiendo.
fue ese nuestro encuentro con los policías de la salida de Posadas, provincia de Misiones.
lindos muchachos que prepararon una jugada de 20 km/hora que sólo un nativo entendería.
y, esperaron el carro con placa brasilera, que transportaba a la ecuatoriana-paraguaya y el alemán del este, para asaltarnos con una multa de mucho dinero que fue reconciliada con los 200 pesos que nos salieron del alma junto con la rabia, el miedo, la frustración y el reconocimiento de nuestra propia ignorancia.
ahora tenemos cara de alguna cosa que no conseguimos ver muy bien.
esto de andar por la frontera le deja a uno indeciso.
ahora para hablar de las altas, quiero compartir unas imágenes que nos acompañaron durante este viaje:
al inicio del camino, cuando aún hacía calor |
y el frio nos parecía amigable |
en la ciudad de Puerto Rico |
donde tambié, por fin encontramos al verbo |
y encontramos al árbol |
talvez por curiosos, entramos em lugares graciosos... |
donde las tiendas avisan a los dueños que clientes están entrando y los clientes llevamos un susto de una manera muy particular,
llegamos a ciudades encantados |
donde los peatones cargan maletitas |
y el frio fue entrando sin darnos cuenta... claro, hasta hoy noche y sus 4º. |
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